sábado, 29 de diciembre de 2012

¿Qué mascota comprar a tus hijos?

      Si tienes hijos seguro que en algún momento te han pedido una mascota. El dilema viene cuando la mascota elegida por el peque es incómoda de tener en casa, es costosa o simplemente no es de tu agrado por múltiples motivos.

     Si la mascota elegida es un pez, no hay muchos problemas, sólo se necesita agua del grifo, pecera, comida para peces y, por supuesto, el pez. No suelen tener unos requerimientos muy exigentes, son fáciles de reponer si casca el que tienes y no quieres disgustar a su pequeño amo. Otros animales que puede tener tu hijo sin que se requiera mucho mantenimiento son los caracoles de tierra, lombrices (el merucu de toda la vida), hormigas, lagartijas, tortugas, pajaritos,...

     Lo que no se puede hacer bajo ningún concepto es hacer lo que hicimos nosotros y os explico: mi hija mayor, desde que tiene uso de razón o antes, ha querido un perro. Sus sufridos progenitores no queríamos un chucho en casa: son sucios, comen a todas horas, requieren que se les saque de paseo, no los aceptan en muchísimos lugares, pueden causar daños en la casa,.... por lo que empezamos a regalarle mascotas de menor entidad, con menos longevidad y menos requerimientos.

     Los grillos por el verano son ideales, duran algo más de un mes, cantan y cuando mueren no hacen sufrir mucho a los niños. De hecho, hay niños que tienen como diversión maliciosa despanzurrar a estos simpáticos animalitos. El efecto del grillo en casa sobre el niño para que se olvide de perro dura dos o tres días, tras los cuales vuelve a pedir el chucho. También tuvimos en casa insectos palos, tritones y un terrario con lombrices de tierra: era gracioso ver como cogían la comida y la introducían en su agujeros. Si la tierra está muy seca, muy húmeda o la dejas al sol o la combinación de todo lo anterior, las lombrices la palman. El efecto de esto en el niño puede ser de una semana. Hace unos años le regalamos dos hámsters rusos, que procrearon dos veces y tuvimos roedores durante tres años, hasta que hace poco murió el último; el efecto es de seis meses. Nos dio más pena a mi mujer y a mí que a las nenas, quizá porque fuimos conscientes de que la culpa de su muerte fue nuestra: se quedó sin agua por el verano andaluz y el pobre no aguantó. También tenemos una tortuga terrestre y una ninfa criada a mano, que gracias a Dios (cualquiera de los que hay en el Universo), está a cargo de mis suegros porque nos fue imposible hacer la mudanza con ella: requiere una jaula grande. Este animalillo, como últimamente lo vemos con poca frecuencia, las niñas se alegran más de verlo que cuando vivía con nosotros. Este último verano, la abuela les regaló dos pollos de agapornis, para criarlos a mano y de esta forma fueran dóciles. Su efecto duró un mes, y por si fuera poco, en un tenderete de la Feria de Ayamonte nos tocó una tortuga de agua.

     Ahora nuestra casa parece un zoo: tenemos un cachorro de Yorkshire que se nos mea por todo el salón, dos agapornis asalvajados, los cuales meten más ruido que un concierto de Manowar, una tortuga de tierra que es la cosa más tonta del mundo, una tortuguilla de agua que huele que tira "p´atrás", tres peces de colores y huevos de triops.

     Moraleja: si tu niño quiere un perro....regálale un perro sin pensarlo. Los demás animales que le compres nunca lo van a sustituir y al final te va a pasar como a nosotros. Suerte

1 comentario:

  1. Parece el cuento de la lechera...

    ¿Sabes que las tortugas de agua que llaman "baby" transmiten la salmonelosis? Cuidadín.

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